miércoles, 1 de julio de 2015

En costa rica los gallos y los monos aulladores se pelean por ser los reyes de la mañana.

 Son las cinco de la mañana en algún lugar, fuera de cualquier ciudad de costa rica y los primeros brotes de júbilo comienzan a aparecer con la llegada del papá sol. Un jolgorio interminable de aves hace de antesala a lo que parece una disputa sonora por quien será el más escuchado del amanecer. El gallo con su típico cacareo da comienzo al espectáculo. Puede que sus objetivos sean claros, hacer gala de sus encantos, pavonearse con su hermoso plumaje, hacerse escuchar no sólo de sus hermosas gallinas sino recordarle a los demás gallos y quizás al resto de la animalidad (entiéndase analogía a humanidad) quién es el rey de la mañana. Todo esto sería perfecto si no fuese por la aparición de un pequeño guerrero que tal vez no alcance el metro de estatura vestido con su armadura de pelo fino, guindado a las ramas de los árboles como parte de ellas y armado únicamente con un huesito llamado hiodes ubicado entre su lengua y el esternón y emite un increíble sonido comparable apenas con el león. La batalla parece no tener fin, ni perdedores ni ganadores ni heridos ni pobres ni ricos y ni siquiera alguien que se beneficie de la disputa y es simplemente un espectáculo hermoso de la naturaleza en donde se combina la magia de la selva con la vida de la granja.

 




















En general, el mono aullador es uno de los primates sociales más grandes del mundo, se encuentra en los bosques tropicales desde el sur de México hasta argentina en grupos de hasta 20 individuos. Su dieta se basa en el consumo de hojas, frutas y flores.

En nuestro viaje, lo hemos encontrado desde Colombia hasta costa rica, sin embargo ha sido en esta última donde su presencia cerca al hombre ha sido más evidente. Lo vimos en los árboles de las fincas, en las carreteras y en las playas, y en lugares como puerto viejo de talamanca, cahuita, Grecia, La fortuna, Paquera y santa teresa.